viernes, 2 de abril de 2010

No puedo vivir sin ti, no hay manera

“Has colgado tu bandera, traspasado la frontera,
eres la reina,
siempre reinarás, siempre reinarás”.

Pues sí amigos. He intentado durante un año entero olvidarla o, al menos, sentir a Virginia Maestro con más indiferencia, pero es imposible. He viajado hasta EEUU por motivos de trabajo, pero también para alejarme de una realidad que no podía creer. Una realidad a veces dulce, a veces amarga. Ante mis ojos, mi vida cambiaba a pasos agigantados, me metí en líos por mi insensatez y ansias de proteger su debilidad…y el débil siempre he sido yo.
Vuelvo recientemente y me encuentro cambios inesperados: un disco muy bueno con no demasiadas ventas, con unas canciones de Risto Mejide casi en su totalidad, con una web muy significativa y de una gran participación cerrada…pero ella sigue encima de un escenario. Recuerdo que una amiga, al poco de volver, me puso al corriente a velocidad de crucero de todo lo sucedido. Algunas cosas me costaron asumirlas y de otras descubrí la realidad. Pero ella sigue encima de un escenario. Sus ojazos azules siguen mirando transparentes. Sus sonrisas siguen pareciendo tímidas. Su voz es tibia y gratificante como un viento suave en una tarde calurosa de verano. Su calidad musical se convierte cada día en, indiscutiblemente, maravillosa.
Yo que he podido escuchar a Viky encima de una escenario mucho antes que la mayoría, que he podido disfrutar de su maravilloso gusto musical, observé atónito un espectáculo maravilloso en Sevilla hace una semana. Ella no pudo escuchar, pero mi corazón gritó “eres mi reina, siempre reinarás, siempre reinarás”.



Ahora más que nunca sigo convencido: no puedo vivir sin ti.